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La evolución del papel de la OTAN: más allá del artículo 5


En un contexto global marcado por conflictos híbridos, ciberamenazas persistentes y una creciente rivalidad geoestratégica, el papel de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se encuentra en una profunda transformación. Desde su fundación en 1949, la OTAN ha sido sinónimo de defensa colectiva, simbolizada principalmente por el célebre Artículo 5 del Tratado de Washington. Sin embargo, en las últimas dos décadas, su actuación ha ido mucho más allá de esta cláusula clave, abarcando misiones globales, cooperación con socios estratégicos y un renovado interés en las amenazas no convencionales.

El Instituto Internacional de Estudios en Seguridad Global (INISEG) ha publicado un análisis en profundidad titulado “La evolución del papel de la OTAN: más allá del artículo 5”, donde se exploran los nuevos roles que ha adoptado la organización y los retos a los que se enfrenta en el siglo XXI.

La OTAN después del 11-S: el primer uso del artículo 5

El 11 de septiembre de 2001 marcó la primera y única vez en la historia que se invocó el Artículo 5, tras los atentados terroristas en Estados Unidos. A partir de entonces, la OTAN pasó de ser una alianza defensiva enfocada en la disuasión militar a una organización que participa activamente en operaciones fuera del territorio euroatlántico. Ejemplos de ello incluyen la misión ISAF en Afganistán, la operación Ocean Shield contra la piratería en el Cuerno de África o el entrenamiento de fuerzas de seguridad en Irak.

Esta expansión del mandato ha transformado la identidad de la OTAN, obligándola a adaptarse a nuevos contextos culturales, jurídicos y estratégicos.

Ciberseguridad, desinformación y guerra híbrida

Uno de los aspectos más destacados en la evolución reciente de la OTAN es su creciente implicación en la defensa frente a amenazas no convencionales. La ciberseguridad ha pasado a ser una prioridad central, reconociéndose el ciberespacio como un «dominio operativo» junto al terrestre, aéreo, marítimo y espacial. La Alianza ha creado centros de excelencia en Tallin y ha desarrollado protocolos de respuesta ante ciberataques masivos, con la posibilidad incluso de aplicar el Artículo 5 si un ciberataque representa un acto de agresión armado.

Asimismo, la OTAN ha comenzado a tomar medidas contra las campañas de desinformación y manipulación informativa, especialmente las procedentes de actores estatales como Rusia. El uso de tácticas híbridas –que combinan operaciones militares con sabotaje económico, guerra psicológica y manipulación mediática– requiere respuestas coordinadas, multidimensionales y preventivas.

La ampliación hacia el Este y el equilibrio estratégico

La adhesión de nuevos miembros como Finlandia y Suecia, así como el apoyo continuo a Ucrania, ha reconfigurado el mapa de influencia de la OTAN. Esta expansión ha generado tensiones con potencias como Rusia, que considera el avance de la Alianza como una amenaza directa a su seguridad. El conflicto en Ucrania ha reavivado los debates sobre el papel disuasorio de la OTAN, la modernización de sus fuerzas armadas y la necesidad de una mayor autonomía estratégica por parte de Europa.

A la vez, se consolida una OTAN más política, que ya no solo responde a amenazas militares, sino que actúa como un foro transatlántico de concertación estratégica en temas como el cambio climático, la inteligencia artificial o la estabilidad energética.

Una Alianza en constante redefinición

“La OTAN está dejando de ser solo un escudo militar para convertirse en una plataforma de influencia geoestratégica”, explica el Dr. Manuel R. Torres, experto en seguridad internacional y profesor asociado de INISEG. “Ya no se trata únicamente de proteger fronteras, sino de anticiparse a las amenazas, ganar la batalla de la narrativa y operar en el plano diplomático, tecnológico y social”.

La Alianza Atlántica también se enfrenta a desafíos internos: el equilibrio de responsabilidades entre sus miembros, el gasto en defensa (donde no todos los países alcanzan el 2% del PIB comprometido) y las diferencias en visión estratégica entre Estados Unidos y Europa.

Formación y análisis desde INISEG

Como referente académico en el campo de la seguridad y la defensa, INISEG continuará promoviendo el análisis riguroso y crítico sobre la evolución de las organizaciones internacionales como la OTAN. A través de sus programas formativos, seminarios y publicaciones especializadas, el Instituto apuesta por una comprensión integral de los nuevos escenarios de riesgo y por la formación de profesionales capaces de actuar en entornos complejos y globales.