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5 Desafíos de la Seguridad Global en 2025: Un Mundo Bajo Presión


El año 2025 plantea un panorama de seguridad global profundamente complejo. Las dinámicas geopolíticas se han intensificado, las tecnologías emergentes están redibujando las fronteras del conflicto, y fenómenos como la migración masiva, el terrorismo y la desinformación digital han dejado de ser temas aislados para convertirse en desafíos interconectados que exigen una respuesta coordinada y multidisciplinar.

Desde INISEG, analizamos los cinco retos principales que marcarán la agenda de la seguridad internacional este año.

Terrorismo global: adaptado, descentralizado y más digital

Lejos de estar erradicado, el terrorismo ha evolucionado. En 2025, los grupos extremistas operan de forma más descentralizada, aprovechando herramientas digitales para reclutar, financiar y planificar ataques. Las células durmientes, los lobos solitarios y el terrorismo de inspiración ideológica siguen siendo amenazas reales.

  • Nuevas plataformas como canales cifrados y redes sociales emergentes dificultan el rastreo.

  • Objetivos simbólicos en entornos urbanos siguen siendo blancos preferidos.

  • Ciberterrorismo: el sabotaje a infraestructuras críticas mediante ataques digitales (hospitales, redes eléctricas, transporte) ha ganado protagonismo.

¿Qué se necesita?

Una cooperación internacional más fuerte en inteligencia, y una legislación actualizada que no comprometa los derechos civiles, pero sea eficaz frente al uso digital del extremismo.

Migración forzada y desplazamientos masivos

Guerras, cambio climático, crisis económicas y persecuciones políticas están impulsando el desplazamiento de millones de personas. Según la ONU, más de 130 millones de personas podrían estar desplazadas para finales de 2025.

  • Rutas migratorias más peligrosas están siendo explotadas por redes criminales y de trata.

  • Tensión en países receptores, donde el discurso xenófobo ha aumentado, afectando la cohesión social.

  • Fronteras militarizadas, lo que ha generado situaciones de emergencia humanitaria en regiones como África del Norte, Centroamérica y el sudeste asiático.

¿Qué se necesita?

Políticas migratorias basadas en derechos humanos, reforzamiento de los mecanismos de acogida y cooperación con los países de origen para frenar la migración forzada.

Conflictos híbridos y guerras de quinta generación

En 2025, el campo de batalla ya no es solo físico. Los conflictos híbridos —que combinan tácticas militares, cibernéticas, informativas y económicas— se han convertido en el nuevo estándar.

  • Desinformación masiva, con campañas que buscan desestabilizar democracias desde dentro.

  • Ciberataques estatales y no estatales, que alteran elecciones, redes financieras o servicios públicos.

  • Uso de actores interpuestos (proxies), como milicias o empresas militares privadas, que dificultan la atribución directa.

¿Qué se necesita?

Un nuevo marco de defensa que combine capacidades tecnológicas, psicológicas y diplomáticas. La guerra ya no se libra solo con armas, sino con información.

Tecnologías disruptivas fuera de control

El avance vertiginoso de tecnologías como la inteligencia artificial, los drones autónomos, la biotecnología y la computación cuántica está generando una carrera tecnológica sin precedentes.

  • IA maliciosa: desde deepfakes utilizados para manipular narrativas hasta sistemas automatizados que podrían cometer errores letales.

  • Drones armados accesibles a grupos no estatales, lo que reduce la barrera de entrada a la violencia organizada.

  • Bioterrorismo: el temor a la edición genética con fines destructivos (CRISPR, virus diseñados) es real.

¿Qué se necesita?

Una gobernanza global sobre tecnología emergente, con normas éticas, protocolos de uso y control internacional de armamento de nueva generación.

Cambio climático como multiplicador de amenazas

El cambio climático ya no es solo un problema ambiental, sino un acelerador de conflictos. Las sequías, la escasez de agua, el aumento del nivel del mar y los fenómenos climáticos extremos están desestabilizando regiones enteras.

  • Conflictos por recursos naturales, especialmente agua y tierra fértil.

  • Migraciones climáticas, que presionan sistemas económicos y sociales.

  • Impacto en seguridad alimentaria, que puede desencadenar revueltas o colapsos institucionales.

¿Qué se necesita?

Integrar la seguridad climática en las estrategias de defensa nacional e internacional, y fortalecer la resiliencia de las comunidades más vulnerables.

Conclusión: una seguridad más global que nunca

Los desafíos de la seguridad en 2025 no reconocen fronteras. Las amenazas son interdependientes, y las respuestas también deben serlo. Ya no basta con reforzar fronteras o aumentar presupuestos militares. Es necesario adoptar una visión multidimensional de la seguridad, que combine lo militar con lo político, lo tecnológico con lo social, y lo nacional con lo global.

En INISEG, creemos firmemente que la clave está en la formación especializada, la cooperación internacional y el pensamiento estratégico. El mundo del futuro será tan seguro como la capacidad colectiva que tengamos para comprender y anticipar sus riesgos.