Fecha:
2025-04-10
Hora:
20:00 - 21:30
Modalidad:
Online
Masterclass: Del foro de Davos a la Conferencia de Munich
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Clase magistral programado para el 10 de abril de 2025 abordardo los desafíos y las transformaciones de las relaciones internacionales en el contexto actual. A medida que el mundo se encuentra ante lo que muchos consideran un “cambio epocal”, el evento examinará cómo la Comunidad Internacional puede gestionar esta transición de manera inteligente, consolidando la democracia como forma óptima de gobierno.
Este encuentro, organizado por INISEG, representó una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de las relaciones internacionales y cómo los actores globales pueden superar las crisis actuales mientras adoptan un modelo de gobernanza global que promueva la dignidad, la justicia y la solidaridad.
Durante esta ponencia podremos conocer:
La Comunidad Internacional se ha despertado en el año 2025 con la positiva expectativa que encontrarse ya a las puertas de un “cambio epocal” que debe ser gestionado con inteligencia y que, además, debe ser consolidado aceptando la democracia como forma óptima de gobierno, puesto que uno de los objetivos a lograr es el reconocimiento que propugna y proclama que “El mundo debe ser un lugar seguro para la democracia”.
Y, sin embargo, aparece un elemento condicionante que afecta al conjunto de relaciones internacionales y se mueve en espacios polivalentes: la incertidumbre.
El estudio de “El Informe sobre Riesgos Globales 2025” del Foro Económico Mundial – WEF, muestra una situación cargara de complejidades y quizás, cuando en el resumen ejecutivo de su 20ª Edición, se plantean algunas precisas cuestiones para reflexionar, quizás una de enorme interés es la que se refiere a la percepción del “optimismo” y al impacto en los demás elementos.
Una de las exposiciones de síntesis más contundente es la que se refiere, precisamente, a la aseveración identificada en un comentario, denominado “Optimismo en declive” donde se sintetiza aquel conjunto de elementos interferidos con una precisión digna de ser reflejada: “Al entrar en 2025, la perspectiva mundial está cada vez más fracturada en los ámbitos geopolítica, ambiental, social, económica y tecnológica”
El informe 2025 del Fondo Económico Mundial mostró en el Foro de Davos en enero pasado, junto a desgranar a corto, medio y largo plazos “los riesgos globales” que deben ser afrontados, concluye con una enorme expectativa: “Colaboración para la Era Inteligente”
Por fin, se había quedado atrás el contexto expositivo de la Edición 19ª de Foro de Davos 2024, cuando el frontispicio último rezaba: “Recuperar la Confianza”
El estudio del “Informe sobre Riesgos Globales 2025” permitirá conocer en detalle todas las cuestiones más relevantes que han identificado, evaluado y determinado a los técnicos, profesores, representantes y analistas internacionales.
Las citas y la organización de debates internacionales, año tras años en febrero, continúan con la llegada y apertura de la Conferencia de Munich, constituida en foro de enorme prestigio y donde las cuestiones directas y otras referidas a la gobernanza global y a la Seguridad y la Defensa, encuentran las intervenciones de los máximos dirigentes y líderes mundiales.
La Comunidad Internacional se centra también en el año 2025, en los acontecimientos que se han sucedido con un ritmo casi imperativo y con unos focos de interés de enorme importancia puesto que a la Administración Federal en Washington ha hecho una irrupción global desde los primeros días y se ha pronunciado, tras la toma de posesión de la Presidencia Donald Trump, de forma disruptiva y directa, con una afectación a numerosas cuestiones nacionales e internacionales, entre ellas las que corresponden con la alianzas con sus socios europeos y de OTAN, la agresión militar y guerra rusa en Ucrania, las relaciones con la Federación Rusa, así como numerosos paquetes de decisiones que han repercutido de forma directa en la entera Comunidad Internacional.
Se suceden los acontecimientos, lejos de los ritmos “cómodos” de las relaciones internacionales y se proyectan con unos indicadores prácticos y de interesada complementariedad, que se juzgan con posiciones de preocupación no disimuladas, aunque difíciles de calificar, y se miran con una enorme expectación.
Detallar la jornada del 24 de febrero en la Organización de Naciones Unidas, tanto en la Asamblea General, como en el Consejo de Seguridad, con motivo de una propuesta de “resolución” sobre la situación en Ucrania, al cumplirse 3 años de la agresión rusa, es o sería propio de un master en relaciones diplomáticas. Sin embargo, la visión impuesta por la Administración Norteamericana se ha impuesto de forma nítida, aunque sus propios socios se hubieran visto obligados a pronunciarse con una abstención.
Estos son los escenarios y los momentos que generan las mayores modificaciones en estas épocas donde las relaciones internacionales ya han adquirido nuevos ritmos y nuevas obligaciones, que se van a analizar en el curso de la conferencia patrocinada y organizada por INISEG con el título 2025: DEL FORO DE DAVOS A LA CONFERENCIA DE MÚNICH
La intervención, en una tercera dimensión, abordará las demás formas de relación y foros de interés que la Comunidad Internacional dispone de forma institucionalizada y que este año 2025 han de jugar un específico y nuevo desafió ante las modificaciones de escenarios.
La Cumbre del G7, en el momento actual, deberá quizás responder a unas preguntas:
¿Qué impacto supondrán estas nuevas formas de enfocar las relaciones internacionales?
¿Cómo se reunirán en los grandes foros de debate y de decisión los responsables de las potencias si llevan los puntos de desconfianza a niveles antes nunca vistos entre aliados y amigos?
¿Acaso en 2025 en el próximo mes de junio en Canadá cuándo se reunirán los líderes de los Países miembros del G7 y hablarán de las agendas propuestas con la misma confianza que alcanzaron en 2023 en Japón y en 2024 en Italia?
Quizás en la próxima Cumbre del G7 de 2025 los máximos dirigentes de Canadá, Alemania, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos de Norteamérica, así como sus invitados de la Unión Europea y tal vez presidentes de otras naciones, no se escucharán lamentos desde la propia presidencia de turno canadiense, ante la propuesta casi “hostil” de otro estado amigo, que anuncia proclamas contra su soberanía, independencia, territorialidad y sus recursos.
Es y será el canadiense un buen foro, que ya cumple su 50º aniversario desde la primera Cumbre del G7 y, aunque no cabe duda que Canadá se prepara para asumir la presidencia del Grupo en 2025, será muy difícil mostrar liderazgo y promover espacios de diálogo con suficiente impulso capaz de alcanzar una acción colectiva que, suscrita por los líderes de las grandes economías, puedan derivar en soluciones innovadoras para la comunidad internacional y para el conjunto de los pueblos. Otras preguntas también son pertinentes y entre ellas se pueden platear:
Llenarán sus sesiones de trabajo con la misma intensidad y confianza que se predicaban para tratar de asuntos de tanta importancia e interés para la paz y la seguridad internacionales; para la estabilidad y el crecimiento económico sostenido y con un desarrollo ordenado a escala mundial, capaz de acceder y trascender hacia una transición digital que beneficie las estructuras de la organización y de la producción mundial, con suficiente crédito y capacidad para afrontar los desafíos y los retos globales, que hacen imprescindible trabajar en común para encontrar unas soluciones compartidas.
Es necesario poner en evidencia que solo hace unos meses, desde Italia, los líderes “sellaban” su firme compromiso y su “determinación de defender el orden internacional basado en el estado de Derecho y de reforzar las relaciones con los países en desarrollo”
Los lideres del G7 en su Cumbre en Canadá, serán capaces de promocionar una agenda donde aparezcan “reformadas” las sesiones de trabajo; puesto que ¿tal vez? desaparecerán los debates sobre “la agresión de Rusia contra Ucrania” y puedan quedar con otros contenidos las cuestiones de África su desarrollo y efectos sobre el cambio climático; las sucesivas áreas de interés en la Región de Oriente Medio, de la misma inmigración que llama o sacude a las puertas de los grandes países y que se atribuye a unos fenómenos semi incontrolados, con políticas públicas sometidas a permanente tensión y sin una solución robusta definida por las potencias, e incluso por las Naciones Unidas.
Se dedicarán, quizás, grandes sesiones e intervenciones para analizar los próximos retos en la Región Indopacífica y aquellos otros derivados de la seguridad económica, o será más imprescindible dedicar aquellas dos próximas jornadas de trabajo (15 – 17 de junio) a examinar los nuevos desarrollos tecnológicos en materia de inteligencia artificial, de energía y de recursos estratégicos. Será esencial hablar de cooperación entre los países y será necesaria plantearse una nueva pregunta: ¿De qué orden internacional y mundial se habla?
La intervención que se ofrece hoy, en está introducción para la anunciar la master clase: “2025: Del Foro de Davos a la Conferencia de Munich” pretende responder a esa gran pregunta y, además, aportar elementos de reflexión que están basados en informaciones y en datos bien contrastables, puesto que un trabajo en síntesis debe ser revestido en su contexto real, enumerados los acontecimientos que culminan y pueden ser factores para la conclusión para hipótesis y, por tanto, para conseguir una definición concreta que permita evaluar algunos de los resultados que sirvan para “organizar” un nuevo modelo de relaciones internacionales.
Se persigue, en particular, situar los focos luminosos en los inicios que ya se evidencian y muestran la llegada de los nuevos “retos” que obligarán a las naciones a homogeneizar unos comportamientos en sus relaciones con las demás. Sin embargo, es cierto, que los principios, valores e intereses de cada uno de los actores internacionales, hasta el momento han mostrado su heterogeneidad desde los primeros años de la historia de los actuales modelos de afirmación hegemónica y multipolar, por no señalar las que ya han aparecido con neta presencia en escenarios y foros bien potenciados, como los foros del G-20, el espacio de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y su expansión; así como la reconocible, demócrata, social y laboriosa UE y/o los movimientos de cooperación en el Indo-pacífico y/o en el área del CELAC, que deben ser reconocidos con el aprecio que merecen; al margen de todo el paraguas que impermeabiliza la actividad de la Organización de Naciones Unidas y la familia de sus agencias especializadas en el marco ONU.
Sin duda la iniciativa programada por INISEG supondrá un impulso vitalista y creador, aunque las condiciones sociopolíticas y sociológicas en la Comunidad Internacional, caminan a ritmo vertiginoso con la nueva aparición de actores y líderes, que parecen ser la cornisa del nuevo “mapa-mundi” ligado, con los colores y las banderas, a los vencedores de las nuevas formas de negociación y de otras visiones para entender las relaciones internacionales.
La posible desaparición de viejas estructuras históricas, el alumbramiento de nuevas capacidades tecnológicas y de nuevas necesidades “estratégicas” en recursos naturales deberán ayudar a desarrollar los nuevos puntos pactados de cohesión.
Pareciera que desde el Presidente de Estados Unidos de Norteamérica, se pretende ofrecer nuevas formulas o postulados, quizás otros “14 puntos” como aquellos del Presidente Wilson en la vieja Europea salida de una I Guerra Mundial, aunque en este caso propuestos y entendidos desde el realismo europeo al que se pudieran aplicar.
Las conclusiones (en plural) no pueden alejarse de las realidades que desde hace 80 años generaron unas estructuras “mundiales” y que en el marco de las relaciones internacionales nos han traído hasta aquí con sujeción a una Carta de Naciones Unidas, a una Declaración Universal de los Derechos Humanos, al entramado Monetario y Financiero Mundial, así como a todas las situaciones que nacen y se desarrollan en las situaciones económicas y sociales que se producen y, en el “amanecer” de nuevos movimientos y grupos políticos, reconozcamos que es imprescindible abandonar cualquier intento de escribir y revivir las páginas mas negras de la historia de la humanidad ya ha sufrido.
Hoy, la llegada otra vez del Presidente Donald Trump, no puede ser arquetipo para situar en él las razones por la que puede fracasar el nuevo modelo de relaciones internacionales (como la Sociedad de Naciones) puesto que, en efecto, la gobernanza internacional y la globalización de los intereses, de la producción, del comercio y de los espacios, así como de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, hacen y sitúan a la época presente en un paradigma global nuevo, que ya algunos tratadistas, analistas y estudiosos califican de “cambio epocal”.
La confianza en el «el sapiens» impedirá que se olvide de la propia «inteligencia natural» y de los principios de dignidad, justicia y solidaridad, que nos han permitido construir sociedades y superar todas las crisis y seguir….
Esta Masterclass la organizó INISEG (El Instituto Internacional de Estudios en Seguridad Global)
Comisario del Cuerpo Nacional de Policía
Ponente que participa
Comisario José María Mata