Hoy queremos volver al pasado con nuestro profesor del Máster en Historia Militar, David Odalric quien nos recuerda la importancia de la guerra de guerrillas, durante la Guerra de Independencia Española que tuvo lugar entre el 2 de mayo de 1808 y el 17 de abril de 1814.
La Historia militar de España y Europa en el S.XIX
Para comenzar con la historia militar, debemos contextualizar la situación social. En 1808 España, contaba con una población de unos 10 millones de habitantes. Sin embargo, esta situación iría cambiando a raíz de su progresiva industrialización.
A diferencia de la actualidad. La escasez de población en las ciudades europeas era realmente destacable–Madrid apenas sobrepasaba los 200.000 habitantes, frente a los 700.000 de París o los 900.000 de Londres.
La posesión de la tierra para cultivo estaba desequilibrada, puesto que los nobles eran propietarios del 51, 38% y la Iglesia del 16, 50%.
La guerra contra Napoleón en Europa
Entre los años 1808 y 1814 nació la España contemporánea. Pero hay que constatar que la Guerra de la Independencia en España y la guerra contra Napoleón en Europa tiene un significado totalmente diferente.
Para austriacos, prusianos o rusos, la lucha era meramente para evitar la destrucción de sus monarquías y el sistema de gobierno tradicional por el ímpetu de las ideas y las armas francesas.
Para los españoles y portugueses se libraba una guerra para mantener su independencia y soberanía nacional. En cambio en Gran Bretaña, era una cuestión de supervivencia de mantener los mares y el comercio libre.
Los británicos tras la victoria de Trafalgar y Waterloo se convirtieron en los amos de los mares y señores del mundo. Por el contrario, para las grandes potencias continentales, aquello representaría el principio del fin de la amenaza napoleónica.
Durante estos seis años de lucha España y Portugal quedaron completamente devastados y agotados por la guerra. La cual exigía un gran esfuerzo económico a unas naciones arruinadas y empobrecidas.
Uno de los aspectos más importantes de la ayuda británica al ejército español, en la lucha contra los franceses, fue el poner al ejército español bajo un mando inglés: duque de Wellington, Arthur Wellesley comandante en jefe de los ejércitos españoles, nombramiento que no gusto en absoluto a los generales españoles, que un extranjero y encima inglés se pusiera al mando de sus tropas dándoles órdenes.
Fue un año desastroso para las armas españolas y sus aliados anglo-portugueses. (Los franceses ocuparon Andalucía, conquistaron las ciudades de Tortosa, Lerida, Tarragona, y Sagunto destruyeron al ejército de Extremadura y Levante, ocuparon Olivenza y Badajoz y obligaron a las tropas anglo-portuguesas a retirarse a Portugal) Se perdieron más de 70.000 combatientes.
Pero ese mismo año, también fue un año de exaltación para los españoles, porque se proclamó la Constitución de 1812, que significaba la introducción de la democracia en España.
La guerra de la Independencia, marcará el inicio de la división de las dos Españas: la España liberal, de pensamiento revolucionario y la España tradicional, defensora del Antiguo Régimen.
Los siguientes enfrentamientos al final de la guerra contra Napoleón, conllevo a que España fuera apartada del Tratado de Chaumont y en el Congreso de Viena en 1814 y 1815 del restablecimiento del orden en Europa y de la participación de España en el ámbito internacional europeo.
La historia militar del siglo XIX, está repleta de enfrentamientos, guerras civiles, alzamientos militares y derrocamientos de la monarquía y la proclamación de una república. España tuvo desde 1820 odios cuyas secuelas han dejado huella en nuestra sociedad.
Los problemas militares a lo largo del siglo no solo fueron exclusivamente internos de la Península Ibérica, sino que también se combatió en África, México, Conchinchina e Italia, y como último eslabón del siglo, Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
España llevo a cabo diversas operaciones militares, desde la Campaña de África con el gobierno de O’Donnell en 1860, hasta la campaña de México junto a los franceses e ingleses, en el apoyo de Napoleón.
Los problemas políticos, militares y sociales de España se agravaron con la pérdida de las colonias de ultramar; Cuba, Puerto Rico y Filipinas, las islas de Guam, Las Carolinas e incluso las Marianas, españolas, que fueron vendidas por 25 millones de $ americanos a Alemania, para evitar el enfrentamiento con el Reich alemán.
El ejército español entró en una difícil crisis, al perder todas las colonias. En 1926 el Ejército español tenía una fuerza militar de menos de 100.000 hombres. El problema que sufrió España entre 1793-1815, fue debido en cierta manera a la lamentable actuación de nuestros monarcas Carlos IV y su esposa la Reina María Luisa de Parma, incluyendo a su hijo, Fernando VII, Príncipe de Asturias. Sin contar con la figura de Manuel Godoy.
En definitiva se puede decir que el siglo XIX es para España un siglo vital para su propia identidad histórica según unos y, preferiblemente que no hubiera existido, según otros. Durante más de cien años España se encerró en sí misma, sin asomarse a ningún foro internacional, exceptuando los cinco años de gobierno de la Unión Liberal.
Si hubiera que buscar una palabra que resumiera aquel siglo, sería la inestabilidad: inestabilidad en el orden político; pronunciamientos, levantamientos, revoluciones, etc… Con implicaciones de unidades armadas, cuatro guerras civiles que ensangrentaron las tierras españolas y crearon odios y resentimientos, cuyas secuelas aún sufrimos.
Finalmente vemos que los problemas marcados a finales del siglo XIX y principios del XX, hasta la Guerra Civil (1936-1939) vinieron marcados por la Guerra de la Independencia.
De esta forma, es como nace la guerrilla en la guerra de España nace como fruto de la incapacidad del ejército español, al ser derrotado en continuas batallas contra los franceses, en los desastres de 1808-1810. Exceptuando la gran victoria en la Batalla de Bailén.
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